Este es el primero y gran mandamiento de Dios, que lo amemos sobre todas las cosas y recuerda que Jesús añadió a este: amaras a tu prójimo como a ti mismo así que para amar a Dios debes empezar por ponerte en paz con tu hermano y no tener ningún resentimiento con el. Ama, perdona y olvida, así como Dios perdona tus ofensas...
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